Gabriel García Márquez vestido de blanco, sentado al borde de su cama —también cubierta de blanco—, con su mirada fija al horizonte como quien espera en una estación olvidada el tren que lo llevará para siempre a Arataca o Mario Vargas Llosa, recostado en una cama de hotel apoyado de la luz tenue de las velas para escribir, son momentos que quedaron grabados en las imágenes del fotógrafo de los escritores, Daniel Mordzinski.
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